Mueren los hombres, nunca los ideales.
José Saramago, fue un hombre consecuente con sus ideales, de un enorme compromiso con los movimientos populares y siempre apoyando las causas justas de los más desprotegidos. El ensayista peruano Julio Ortega, dijo de Saramago: “Dio batallas de amor perdidas a favor de los pobres, la democratización y la justicia; una por una sus causas fueron proféticas, los hechos le dan hoy mismo la razón. La más grande de esas causas fue por la cultura como bien social, memoria popular y compromiso político con el futuro”.
“El pueblo de México tiene que reclamar a su Gobierno una paz justa y digna. Yo no puedo, sólo soy un escritor extranjero acusado de injerencia. El pueblo mexicano no puede quedarse parado, dejando que los gobernantes lo decidan todo, hay que bajar a la calle... no estoy pidiendo un levantamiento sino simplemente que las conciencias se manifiesten... estoy pidiendo una insurrección moral, desarmada, étnica...
Acteal es un lugar de la memoria que no puede de ninguna manera desaparecer. Sabemos lo que ocurrió y no lo queremos olvidar. Chiapas es el cuerpo de México. La sociedad civil debería admirar no sólo a los indios sino a los que se levantaron para defender a esos mismos indígenas.
De Chiapas me llevo no sólo el recuerdo, me llevo la palabra misma... Chiapas... La palabra Chiapas no faltará ni un solo día de mi vida. Si tenemos conciencia pero no la usamos para acercarnos al sufrimiento ¿de qué nos sirve la conciencia? Volveré a Chiapas, volveré". (José Saramago.)
Los inquiridores.
El mundo está cubierto de piojos:
No hay palmo de tierra del que no chupen,
Ni secreto de alma que no acechen
Ni sueño que no muerdan ni perviertan.
En sus lomos peludos se divierten,
Siendo amenazas, todos los colores:
Los hay castaños, verdes, amarillos,
Los hay negros, rojos y grisáceos.
Y todos se encarnizan, comen todos,
Acordes y voraces en su intento
De dejar, como restos de banquete,
En el erial terrestre huesos mondos.
De: José Saramago
Traducción de Ángel Campos Pámpano.
Liberación.
Las ideas de libertad
no pueden coexistir
en una mente esclavizada.
“Redemption Song”; Bob Marley. (1980)