“La
última fábula que le gustaba contar a Aute tenía como protagonista un girasol
insumiso. Lo hacía llamar el Giraluna, un girasol que, a diferencia del resto,
decidía no agachar la cabeza por la noche y aguardaba la llegada de la Luna.
Cuando el cielo se fundía en negro, este girasol conocía la Luna y las
estrellas y, bajo el efecto de esa luz pura en plena oscuridad, era recompensado
con una sagacidad y lucidez especiales por su fe, curiosidad y criterio propio.
El Giraluna, ese elemento disidente y diferenciador entre la caterva, podía ser
el propio Aute, el juglar político, el cantautor de inmensas canciones de amor,
el poeta de lo cotidiano, el artista plástico, el amante del cine, el sutil
soñador y el anciano de verbo perspicaz e indignado por los desajustes de un
mundo siempre desajustado.
(…)
Aute
era patrimonio de la canción de autor y todos lo sabían. Una de sus últimas
actuaciones fue en Madrid en junio de 2016 en un concierto solidario, al que
acudió desinteresadamente como tantas veces hizo a lo largo de su medio siglo
de carrera. En la sala La Rivera estaban Vetusta Morla, Los Enemigos, Depedro,
Andrés Suárez o La Habitación Roja, entre otros. Llegó con su guitarra al
hombro, la camisa por fuera, caminando despacio, con su particular seriedad
venerable y una extraordinaria sencillez mundana. Entre bambalinas, se
respiraba un respeto omnipotente a su figura. Todos los músicos fueron uno por
uno a saludarle. Especialmente emotivo fue el momento en el que Miguel Ríos,
enterado de su presencia, le buscó y le abrazó en el estrecho pasillo del backstage
al grito de “cómo me alegro de verte, canalla”. Era como ver pasar la historia
de la música popular española, con todas sus emociones luchadas y conquistadas,
en el abrazo de esas dos viejas glorias.
Minutos
después, Aute salió solo al escenario de una sala abarrotada de jóvenes.
Quieto, iluminado simplemente por el foco, parecía haber brotado en la
oscuridad como ese girasol de la fábula que solía contar. Habló con temple,
miró a los rostros de las primeras filas como si fueran estrellas y contó de
dónde venía su canción Al alba, que dedicó a todas las víctimas del drama de
los refugiados en Europa. Hoy podríamos oírla en mitad de este goteo de
ausencias por el coronavirus. Cuando sonaron los primeros acordes acústicos de
una incisiva Al alba, el silencio cortaba la respiración. Ahora también. Aunque
ya se haya ido, en mitad de unos tiempos terriblemente difíciles, sus canciones
fueron, son y serán fábulas con las que explicar nuestras vidas en este mundo
de desajustes.”
Fernando
Navarro. “Muere Luis Eduardo Aute, patrimonio de la canción de autor
española. El creador de ‘Al alba’, ‘Rosas en el mar’ o ‘La belleza’ ha
fallecido en Madrid a los 76 años.” El País. 04 de abril 2020.
https://elpais.com/cultura/2020-04-04/muere-luis-eduardo-aute-patrimonio-de-la-cancion-de-autor-espanola.html
Más
allá del amor.
Todo lo que se me
ocurre
es decirte que lo siento,
que no sé lo que me pasa,
que es ridículo todo esto,
que me muero de vergüenza,
que quisiera estar muy lejos
para no ver esa calma
resignada de tu gesto.
Te deseo de tal forma
y desde hace tanto tiempo
que al tocarte con mis manos
atravieso por un sueño
que me traba la cabeza
como un nudo, como un freno,
como un muro transparente
que me impide amar tu cuerpo.
Más que un deseo
eres una obsesión,
un espejismo
más allá del amor.
Más allá...
Tantas veces he soñado
el instante de este encuentro,
tantas veces me deshice
ocupándote por dentro,
tantas veces he sentido
la marea de tu sexo
que esta vez que no es mentira
me parece que no es cierto.
No contento del fracaso
me permito aún el exceso
de aburrirte hasta el hastío
con mis tópicos pretextos.
Para qué tanta teoría
si está claro como el fuego...
Aquí estás, desnuda, abierta,
esperando y... desespero.
es decirte que lo siento,
que no sé lo que me pasa,
que es ridículo todo esto,
que me muero de vergüenza,
que quisiera estar muy lejos
para no ver esa calma
resignada de tu gesto.
Te deseo de tal forma
y desde hace tanto tiempo
que al tocarte con mis manos
atravieso por un sueño
que me traba la cabeza
como un nudo, como un freno,
como un muro transparente
que me impide amar tu cuerpo.
Más que un deseo
eres una obsesión,
un espejismo
más allá del amor.
Más allá...
Tantas veces he soñado
el instante de este encuentro,
tantas veces me deshice
ocupándote por dentro,
tantas veces he sentido
la marea de tu sexo
que esta vez que no es mentira
me parece que no es cierto.
No contento del fracaso
me permito aún el exceso
de aburrirte hasta el hastío
con mis tópicos pretextos.
Para qué tanta teoría
si está claro como el fuego...
Aquí estás, desnuda, abierta,
esperando y... desespero.
(Luis Eduardo Aute)
Cuando
digo te amo, siempre es a perpetuidad.
Imán de
mujer. Luis Eduardo Aute.