El rock y el derecho a ser diferentes.
El rock es una combinación de formas musicales desarrolladas de forma independiente y en un cambio constante; su aparición fue considerada una subversión dentro del ámbito musical, es decir, una contracultura, en particular por su constante referencia critica (evidentemente no en todos los grupos) al mundo social en que nos desenvolvemos: discrimación racial, guerras , pobreza, drogas, corrupción, derecho humanos, valores familiares, etcétera, las letras poseen un significado desde un comienzo y son verbalizaciones del mundo vivido por la juventud de cada época; sin embargo, mucho discos de rock logran un fuerte impacto musical, no por su letras, sino por su sonido y ritmo. (C.f. De Garay Sánchez, Adrián. “El rock también es cultura”, Universidad Iberoamericana, México, 1993.)
El rock como género, en esencia encierra ese germen de rebeldía contra el status quo, que se levanta contra las instituciones, y ello en parte lo hace evolucionar a nuevos subgéneros que lo mantienen siempre fresco y vigente. El rock es en si mismo una concepción del mundo, una forma de vida, una identidad; a final de cuentas es un movimiento cultural y social, si se quiere complejo cuanto se trata de hacer una investigación social; pero nunca el rock se ha caracterizado por su intolerancia a ser diferentes; es decir, respecta nuestras diferencias ideológicas. Que ha sido usado por el poder y el dinero para alinear nuestras mentes, eso no le quita su esencia rebelde, pues siempre va avante cuando rompe las ataduras de la domesticación.
Nuestros gustos por los subgéneros del rock quiérase o no, siempre estarán cargados de subjetividad por cuestiones de ideología; la estética tiene tantas vertientes como gustos tengamos, pero la estética siempre busca la libertad y el cambio de nuestra conciencia. El rock es instrumento de cambio siempre que respete nuestras diferencias.
“Sin critica no hay rectificación”. (Louis Althusser)
U2 - Miss Sarajevo.