Poesía

Tu voz es la espada que libera el silencio de mi alma.

sábado, 4 de junio de 2011

A la Soledad.
To Solitude.
(John Keats)


¡Oh, Soledad! Si contigo debo vivir,
Que no sea en el desordenado sufrir
De turbias y sombrías moradas,
Subamos juntos la escalera empinada;
Observatorio de la naturaleza,
Contemplando del valle su delicadeza,
Sus floridas laderas,
Su río cristalino corriendo;
Permitid que vigile, soñoliento,
Bajo el tejado de verdes ramas,
Donde los ciervos pasan como ráfajas,
Agitando a las abejas en sus campanas.
Pero, aunque con placer imagino
Estas dulces escenas contigo,
El suave conversar de una mente,
Cuyas palabras son imágenes inocentes,
Es el placer de mi alma; y sin duda debe ser
El mayor gozo de la humanidad,
Soñar que tu raza pueda sufrir
Por dos espíritus que juntos deciden huir.




Soledad.
Una sola palabra no puede ser el infierno,
a menos que aniquiles a tus sueños.


Para que vendernos simulacros en la pálida frialdad del ciberespacio, cuando finalmente la soledad es tu amante fiel que te acompañara el resto de tus días. Amarga verdad para los sueños. Del álbum “Meanwhile”, del grupo de synthpop alemán, en el descenso que prescinde del amor, en el deseo de vivir sin ti: Heaven (I Want You); Camouflage. (1991)