“Por
meros afanes didácticos puede establecerse un símil musical con los autores
principales del llamado boom de los años sesenta, quienes serían considerados,
así, un cuarteto narrativo que surge en paralelo con el grupo inglés The
Beatles. La invasión británica tendría su contraparte en cuatro narradores que
en esa década dispersaron su obra por Europa y otras geografías, y dieron a la
literatura latinoamericana un espacio bastante holgado para desenvolverse.
Antes de ellos, la gloria era sólo local; su aparición, más allá del valor que
otorguemos hoy a sus libros (porque la percepción crítica ha variado), amplió
sin duda el panorama, pues hizo que el escritor de este lado del océano
Atlántico fuera leído más allá de sus fronteras (y de sus mares), y traducido a
múltiples idiomas.
Según
esta propuesta, el John Lennon literario sería Julio Cortázar, por sus juegos
formales y su carácter combativo. Carlos Fuentes es un buen Paul McCartney,
algo pop e insistente en la presencia pública. Acaso debe pensarse en Mario
Vargas Llosa como George Harrison, sin el talante místico del guitarrista; e
inevitable, aunque acaso injustamente (o sólo por eliminación, pues sale
perdiendo el colombiano), Gabriel García Márquez sería Ringo Starr, el tipo más
buena onda, alivianado, de la banda.
Si
se extiende el símil a otros grupos, por ejemplo The Rolling Stones, se vería a
Juan García Ponce como una suerte de Keith Richards, pues se trata, en verdad,
de un ejecutante complejo; y en Salvador Elizondo (1932-2006) tendríamos a un
perfecto Mick Jagger, figura algo diabólica que se presenta formalmente con una
letra luciferina, la de “Sympathy for the Devil” (canción compuesta, por
cierto, luego de la lectura de El maestro y Margarita de Mijail Bulgakov).”
Alejandro
Toledo. “El instante de la muerte y el deseo. Medio siglo de Farabeuf”.
Nexos, 01 octubre 2015.
La afrenta.
El
rencor es una gran bestia sedienta de venganza,
que
ni aun herida de muerte perdonara tus ofensas.
“Regresaré,
volveré
Y
poseeré tu cuerpo y te haré arder
Tengo
el fuego, tengo la fuerza
Tengo
el poder de hacer que mi maldad siga su curso.”
The
Number Of The Beast
Iron
Maiden