Poesía

Tu voz es la espada que libera el silencio de mi alma.

martes, 31 de marzo de 2020


Recuérdame.

Puedes llorar porque se ha ido, o puedes
sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos
y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha
dejado;
tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno del amor
que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el
vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a ella le gustaría:
sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

(David Harkins)







Enero diecisiete.

Hoy de madrugada recordé tu frase:
“Te amo con la fuerza que me queda”.
y de momento mi memoria se detuvo
en esos furtivos y divertidos viajes.
Gracias por los momentos compartidos,
las promesas cumplidas, y tu valiosa ayuda.
Un fuerte abrazo a la distancia
y un beso de mousse de limón.
Duele tu partida, buen viaje mlm.

(D. E. P.)




domingo, 29 de marzo de 2020

“Por meros afanes didácticos puede establecerse un símil musical con los autores principales del llamado boom de los años sesenta, quienes serían considerados, así, un cuarteto narrativo que surge en paralelo con el grupo inglés The Beatles. La invasión británica tendría su contraparte en cuatro narradores que en esa década dispersaron su obra por Europa y otras geografías, y dieron a la literatura latinoamericana un espacio bastante holgado para desenvolverse. Antes de ellos, la gloria era sólo local; su aparición, más allá del valor que otorguemos hoy a sus libros (porque la percepción crítica ha variado), amplió sin duda el panorama, pues hizo que el escritor de este lado del océano Atlántico fuera leído más allá de sus fronteras (y de sus mares), y traducido a múltiples idiomas.

Según esta propuesta, el John Lennon literario sería Julio Cortázar, por sus juegos formales y su carácter combativo. Carlos Fuentes es un buen Paul McCartney, algo pop e insistente en la presencia pública. Acaso debe pensarse en Mario Vargas Llosa como George Harrison, sin el talante místico del guitarrista; e inevitable, aunque acaso injustamente (o sólo por eliminación, pues sale perdiendo el colombiano), Gabriel García Márquez sería Ringo Starr, el tipo más buena onda, alivianado, de la banda.

Si se extiende el símil a otros grupos, por ejemplo The Rolling Stones, se vería a Juan García Ponce como una suerte de Keith Richards, pues se trata, en verdad, de un ejecutante complejo; y en Salvador Elizondo (1932-2006) tendríamos a un perfecto Mick Jagger, figura algo diabólica que se presenta formalmente con una letra luciferina, la de “Sympathy for the Devil” (canción compuesta, por cierto, luego de la lectura de El maestro y Margarita de Mijail Bulgakov).”

Alejandro Toledo. “El instante de la muerte y el deseo. Medio siglo de Farabeuf”. Nexos, 01 octubre 2015.








La afrenta.
El rencor es una gran bestia sedienta de venganza,
que ni aun herida de muerte perdonara tus ofensas.




“Regresaré, volveré
Y poseeré tu cuerpo y te haré arder
Tengo el fuego, tengo la fuerza
Tengo el poder de hacer que mi maldad siga su curso.”

The Number Of The Beast
Iron Maiden


viernes, 27 de marzo de 2020



“Después de todo ¿por qué era necesario amar a un ser humano? Nunca duraba mucho. Había demasiadas diferencias entre cada individuo, y lo que empezaba siendo amor acababa siempre en guerra despiadada”

Charles Bukowski.





Hermenéutica del interés.

Intento descifrar aquel sentimental lenguaje
y solo interpreto retórica de mercader.
Hoy repta la malicia en mi memoria
y descubro la intención del desagravio:
El poder de poseer en silencio
la última palabra del perdón.




“He doesn't play for the money he wins
(…)
But that's not the shape of my heart”

“Shape of My Heart” - Sting.




martes, 24 de marzo de 2020



Breves acotaciones para una biografía.

Cuando tengas dinero regálame un anillo,
cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca,
cuando no sepas qué hacer vente conmigo
pero luego no digas que no sabes lo que haces.

Haces haces de leña en las mañanas
y se te vuelven flores en los brazos.
Yo te sostengo asida por los pétalos,
como te muevas te arrancaré el aroma.

Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte esta es la puerta:
se llama Ángel y conduce al llanto.

(Ángel González)







Bipolaridad.

Amor, odio;
ese espantoso binomio.
Se piensa, uno es incondicional,
el otro, no fue más que interés,
uno sublime, el otro terrible
flecha y espada, a fin de cuentas.
Conozco tus más profundos temores amor
sé dónde hiere la espada.
Huye, huye lejos de tus demonios
ahora que aun puedes volar.





Del álbum Blonde on Blonde, 1966.
“Just Like a Woman” - Bob Dylan.







lunes, 16 de marzo de 2020



Antropología contracultura y rock.
“En efecto, la cultura del rock de los sesenta y principios de los setenta puede considerarse una contracultura, pero no sólo por lo que tiene de contestatario, sino en lo que tiene de propositivo y creativo: creó, nutrió y retroalimentó aspectos lúdicos, subversivos, artísticos y convivenciales que pretendieron y conformaron estilos de vida alternativos.”
(Miguel Ángel Adame Cerón)


Bob Dylan poeta y músico estadounidense, fue galardonado con el Premio Nobel Literatura 2016, por "haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana"; y se convierte en el trigésimo cuarto poeta que logra el Premio Nobel de Literatura, y en el primer cantante y compositor en recibir el máximo galardón de las letras universales por las letras de sus canciones.


“You thought they were all kiddin’ you
You used to laugh about
Everybody that was hangin’ out
Now you don’t talk so loud
Now you don’t seem so proud
About having to be scrounging for your next meal

How does it feel
How does it feel
To be without a home
Like a complete unknown
Like a rolling stone?”

Like a Rolling Stone
Written by: Bob Dylan


jueves, 12 de marzo de 2020


El aparecido.

Como un Ángel de salvaje mirada,
regresare a tu alcoba
y hasta a ti llegare sin hacer ruido,
con las nocturnas sombras.

Entonces te daré, morena mía,
besos fríos de luna
y abrazos de serpiente
que repta por las tumbas.

Encontraras mi lado ya vació,
cuando llega la lívida mañana,
y ha de seguir hasta la noche fría.

Sobre tu joven vida y tu candor
otros querrán reinar por la ternura,
¡más yo querré reinar por el terror¡

(Charles Baudelaire)




La Serpiente Antigua.
Ángel mío:
Sabes que te ame profundamente en mi corazón
como esa oración que implora su último acto de fe,
afrontando la blasfemia de esas almas en pena
y postrado con indulgencia ante tu imagen,
pero un día emergió tu maligna esencia;
arrogancia, mentira, y codicia a raudales
fue tarde darme cuenta de tu juego,
pero me devolverás cada palabra
que no te quede duda de ello,
lloraras amargamente
ya verás que sí.


Tu juego despertó otras bestias que seguro te perseguirán.



martes, 10 de marzo de 2020


Y ERA EL DEMONIO DE MI SUEÑO, EL ÁNGEL

Y era el demonio de mi sueño, el ángel
más hermoso. Brillaban
como aceros los ojos victoriosos,
y las sangrientas llamas
de su antorcha alumbraron
la honda cripta del alma.
-¿Vendrás conmigo? -No, jamás; las tumbas
y los muertos me espantan.
Pero la férrea mano
mi diestra atenazaba.
-Vendrás conmigo... Y avancé en mi sueño,
cegado por la roja luminaria.
Y en la cripta sentí sonar cadenas,
y rebullir de fieras enjauladas.

(Antonio Machado)






DESGRACIA. 
Nunca ha existido Leviatán alguno,
no, nos engeñemos mas
la naturaleza humana tiene su lado perverso:
Falsedad, avaricia, engaño; juego (…)
todos tenemos un precio
y en efecto;
eso es lo que vales.
Esa es tu verdadera desgracia.


“Encantado de conocerte
espero que adivines mi nombre
porque lo que te confunde
es la naturaleza de mi juego”

Sympathy for the Devil
(Mick Jagger)


viernes, 6 de marzo de 2020

¿Qué cuántos años tengo?
(José Saramago)

¿Qué cuántos años tengo?
- ¡Qué importa eso!

¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido…
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuántos años tengo! ¡No quiero pensar en ello!

Pues unos dicen que ya soy viejo
otros “que estoy en el apogeo”.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen por qué decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!
¡Estás muy viejo, ya no podrás!
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,

ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras… es un remanso de paz, como el atardecer en la playa...

¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas…
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!

Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos

¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!… ¿A quién le importa?

Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!
Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!


(https://www.youtube.com/watch?v=smnEVPMiy6U).



"El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones."
— Oliver W. Holmes



lunes, 2 de marzo de 2020


“Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo”.

Ernesto Cardenal (1926-2020) q.e.p.d.





El adiós es a la expresión que más temo,
porque en mi lenguaje,
es irrevocable.

Hermosa canción escrita por Robert Smith, "Just Like Heaven"; (1987)
Evocación perfecta a la mujer que ame.