Poesía

Tu voz es la espada que libera el silencio de mi alma.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Sólo en sueños. (Jaime Sabines) Sólo en sueños, sólo en el otro mundo del sueño te consigo, a ciertas horas, cuando cierro puertas detrás de mí. ¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan, y ahora estoy preso en su sortilegio, atrapado en su red! ¡Con qué morboso deleite te introduzco en la casa abandonada, y te amo mil veces de la misma manera distinta! Esos sitios que tú y yo conocemos nos esperan todas las noches como una vieja cama y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen. Me gusta decirte lo de siempre y mis manos adoran tu pelo y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre. Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo, y con mi mano en tu boca, te busco y te busco. A veces lo recuerdo. A veces sólo el cuerpo cansado me lo dice. Al duro amanecer estás desvaneciéndote y entre mis brazos sólo queda tu sombra. Es tarde para regresar el tiempo, pero no importa, porque los besos son la huella indeleble en la memoria de la piel. Esta noche, viejos sueños aniquilan este insomnio, y se mezclan en las notas que exacerban los recuerdo: “I'll Have To Say I Love You In A Song”, Jim Croce. (1973)