La piel.
(Felipe Garrido)
Volver todo a su sitio fue relativamente fácil. Los tendones y los huesos conservaban cierta memoria de su lugar relativo y alguna vocación de orden. Las entrañas, por alteradas que hubiesen estado, hallaron sin esfuerzo un equilibrio aceptable. De acuerdo con su antigua costumbre, la sangre encontró a ciegas caminos conocidos, ritmos habituales, quietudes añejas, sobresaltos cotidianos.
Pero la piel. Tú lo sabes. La piel esa de zafiros, de lirios, de luces que me pusiste, ésa no me la pude quitar.
Ausencia.
Para olvidarte,
a veces me pierdo
en tu ausencia.
El amor es solo un viaje en el camino de los sueños; su sola adicción provoca el temor a la soledad y al desencanto. Del álbum Heartbreak Station; ella se fue para siempre, ahora ningún sueño nos ata; rock atemporal, “Heartbreak Station”; Cinderella. (1990)
domingo, 20 de marzo de 2011
Sueño # 92.
La mujer.
(Ana Maria Shua)
“Un hombre sueña que ama a una mujer. La mujer huye. El hombre envía en su persecución los perros de su deseo. La mujer cruza un puente sobre un río, atraviesa un muro, se eleva sobre una montaña. Los perros atraviesan el río a nado, saltan el muro y al pie de la montaña se detienen jadeando. El hombre sabe, en su sueño, que jamás en su sueño podrá alcanzarla. Cuando despierta, la mujer está a su lado y el hombre descubre, decepcionado, que ya es suya”.
Fatal atracción.
En al medida que me atraes
me repeles;
y con ello reafirmo
mi amor por ti.
Poesía y rock, mezcla explosiva para expresar de manera directa cierta declaración de amor exenta de apariencia; todo lo que necesitas saber para aplacar la bestia de la pertenencia. Del noveno álbum “I'm Your Man” del reconocido poeta, novelista y cantante de origen canadiense; rock atemporal, “I'm Your Man”; Leonard Cohen (1988)
viernes, 18 de marzo de 2011
Con los oídos abiertos.
15 aproximaciones al silencio.
Eusebio Ruvalcaba.
“1) Mozart afirmó: “El silencio entre las notas es tan importante como las notas mismas”. Y nosotros podríamos añadir que, así como entre las notas, el silencio entre las palabras es igual de importante. Alrededor de cada palabra existe un silencio. Un si1lencio indestructible cada palabra está rodeada de una gravedad que se apropia de nosotros cuando sentimos el silencio que nos circunda. Si pronunciamos la palabra “padre”, en torno percibimos una gravedad trémula. Que no es la misma si pronunciamos la palabra “madre”. Algo cambia en rededor. Ese silencio teje ascuas. Arma figuras y modulaciones. Como la llama del pebetero, Cuya exaltación no’ comprendemos, pero respetamos. Así, curiosamente, cuando no entendemos el significado de las palabras nos quedamos con su música. Y su silencio. Los silencios que entrecortan aquella palabra y que la vuelven inteligible.
2) La mitad de la vida de las percusiones, quiero decir, de los instrumentos percutivos, transcurre en el silencio. Lo mismo acontece entre los hombres. Entendiendo por hombre un ser generador de sonidos. De palabras. Cada palabra qué un hombre pronuncia, ocupa el espacio y el tiempo —el tramo de vida— de una palabra que otro hombre calla. Entre un sonido y otro de las percusiones cabe un insecto. Entre una palabra y otra de una lengua cuyo significado desconocemos, cabe un silencio.
3) El sonido permea nuestra existencia. Cuando el entorno resulta amable, el sonido es grato. Así, el sonido es el anfitrión de nuestra presencia en esta vida. Vigila que nuestra fugaz estadía sea soportable. Entendiendo por sonido el arte de la música. Y el arte de la palabra. Como en las percusiones. Como en el piano; instrumento por antonomasia. Y en las lenguas que nos preceden y que no están a nuestro alcance. Quizá por eso las voces que son las notas, las notas que son las palabras, emanadas de una fuente de sonidos, las sintamos en carne propia por el peso específico del silencio. Que es la articulación entre ambas, entre las palabras y la música. El silencio. Como el cordel de las cuentas de perlas. Como el cordel de los rosarios que todos hemos tenido en las manos. Eso que no se ve, pero sin cuya presencia no se entenderían ni la música ni las palabras, es el silencio.
4) El sonido de la palabra es conciliatorio. Aun de palabras acres. El sonido de la música es conciliatorio. Aun de músicas acres. Por eso el hombre, ávido de comprensión, siempre está hablando. Quiere ser partícipe de ese silencio articulado entre los sonidos, sea de la música o del lenguaje. Entre la música, como entre el lenguaje, el silencio liga frases. El silencio no es otra cosa que una articulación, una pieza de enlace entre dos mundos. Cuando la palabra de un hombre y de una mujer se topan, surge lo imprevisible. Aunque haya acontecido millones de veces. Pero acaso un hombre y una mujer se enamoran no por las palabras que se dicen, sino por las que callan. Porque son cadenas montañosas aun más indestructibles que las Montañas Rocallosas.
5) Una palabra escrita es una palabra hablada. Aun antes de que se materialice en sonido. Escribir es un insulto para los que no tienen nada que decir. ¿Cómo alguien puede apropiarse de tantas palabras? Escribir, el acto de escribir, inexorablemente nace en contra de algo, contra lo mejor que cada uno de los que escriben tiene dentro, que es quedarse callado. Una palabra escrita es una palabra hablada, y un instrumento emite sonidos aun antes de que se produzcan. Por eso darle forma al silencio es tarea ardua. Porque naturalmente tendemos a sumergir las manos en el silencio y sacarlas colmadas de sonidos Somos seres devastados, Y requerimos de la compañía como pertrecho de guerra. Para sobrevivir ese día. Un solo día más. Que es todo y que no es mucho pedir. Antes que un recurso sonoro, el silencio es un recurso de vida.
6) La música cristaliza el sonido. A través de la música, el sonido estalla en nuestro oído a modo del grito de la madre cuando llama a su hijo a la distancia. En ese grito va la vida toda. En la música va la vida toda. Pero si ese grito permanece en la memoria hasta el día de la muerte, es porque el sujeto se acuerda del silencio que sobrevenía a ese grito. Cuando se escucha esa lengua indígena cuyo significado se ignora, lo que la emoción retiene es el silencio que sobreviene después de cada palabra, de cada frase, de cada arco dramático. Cuando se escucha el silencio en la música, la articulación entre una frase musical y la siguiente, lo que resta es un alivio para el corazón...”
El Financiero, 14 de marzo de 2011; p. 46.
Sueños.
Se que existe un lenguaje
que incluso en su silencio
repite tu nombre.
El silencio también puede ser fracturado por el sonido de los sueños cuando cruzan mi mirada; del album “Point of Know Returnl”, obra imprescindible, rock atemporal: "Dust in The Wind"; Kansas. (1977)
jueves, 10 de marzo de 2011
Más allá del muro del sueño
H. P. Lovecraft
(Fragmento)
“Me pregunto a menudo si la mayoría de la humanidad se ha parado alguna vez a pensar en la enorme importancia que a veces tienen los sueños, y en el oscuro mundo al que pertenecen. Aunque la mayor parte de nuestras visiones nocturnas no son quizá más que débiles y fantásticos reflejos de nuestras experiencias vigiles —en contra de lo que sostiene Freud con su simbolismo pueril—, hay sin embargo algunas cuyo carácter extramundano y etéreo permite una interpretación excepcional, y cuyo efecto vagamente emocional e inquietante sugiere posibles atisbos de una esfera de existencia mental no menos importante que la vida física, aunque separada de dicha vida por una barrera infranqueable. Según mi experiencia, no cabe duda de que el hombre, una vez perdida la conciencia terrena, reside en una vida incorpórea muy distinta de la vida que conocemos, de la qué, al despertar, sólo perduran los recuerdos más ligeros y confusos. De estos recuerdos fragmentarios y brumosos pueden inferirse muchas cosas, aunque es poco lo que se puede demostrar. Es posible adivinar que en la vida onírica, lo que la tierra entiende por vitalidad y materia no son realidades necesariamente constantes; y que el tiempo y el espacio no existen tal como nuestro yo vigil los comprende. A veces creo que esta vida menos material es nuestra vida más auténtica, y que nuestra vana presencia en el globo terráqueo es en sí misma un fenómeno secundario o meramente virtual”.
Los sueños suelen viajan a través de la distancia al ser una clase particular de energía sideral; y regularmente, suelen acompañarse de ciertas notas cargadas de ese halo de misticismo que serena e inquieta el alma a la vez. ¿O acaso no la vida es finalmente un sueño? Del álbum conceptual “The Dark Side of the Moon”, letras filosóficas sobre una concepción particular del mundo; rock atemporal; “Great Gig in the Sky”; Pink Floyd. (1973)
H. P. Lovecraft
(Fragmento)
“Me pregunto a menudo si la mayoría de la humanidad se ha parado alguna vez a pensar en la enorme importancia que a veces tienen los sueños, y en el oscuro mundo al que pertenecen. Aunque la mayor parte de nuestras visiones nocturnas no son quizá más que débiles y fantásticos reflejos de nuestras experiencias vigiles —en contra de lo que sostiene Freud con su simbolismo pueril—, hay sin embargo algunas cuyo carácter extramundano y etéreo permite una interpretación excepcional, y cuyo efecto vagamente emocional e inquietante sugiere posibles atisbos de una esfera de existencia mental no menos importante que la vida física, aunque separada de dicha vida por una barrera infranqueable. Según mi experiencia, no cabe duda de que el hombre, una vez perdida la conciencia terrena, reside en una vida incorpórea muy distinta de la vida que conocemos, de la qué, al despertar, sólo perduran los recuerdos más ligeros y confusos. De estos recuerdos fragmentarios y brumosos pueden inferirse muchas cosas, aunque es poco lo que se puede demostrar. Es posible adivinar que en la vida onírica, lo que la tierra entiende por vitalidad y materia no son realidades necesariamente constantes; y que el tiempo y el espacio no existen tal como nuestro yo vigil los comprende. A veces creo que esta vida menos material es nuestra vida más auténtica, y que nuestra vana presencia en el globo terráqueo es en sí misma un fenómeno secundario o meramente virtual”.
Los sueños suelen viajan a través de la distancia al ser una clase particular de energía sideral; y regularmente, suelen acompañarse de ciertas notas cargadas de ese halo de misticismo que serena e inquieta el alma a la vez. ¿O acaso no la vida es finalmente un sueño? Del álbum conceptual “The Dark Side of the Moon”, letras filosóficas sobre una concepción particular del mundo; rock atemporal; “Great Gig in the Sky”; Pink Floyd. (1973)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)