Poesía

Tu voz es la espada que libera el silencio de mi alma.

sábado, 1 de octubre de 2022

 
El amor a distancia.
 
“(…) ¿Cuánta distancia tolera el amor? ¿Cuánta distancia necesita el amor? ¿Hasta qué punto transforma el amor a distancia la «naturaleza» del amor, su figura, fulgor y atractivo? ¿Es el amor a distancia un amor laminado, reducido? ¿Simboliza el final del amor? El amor a distancia, ¿destruye la convivencia amorosa o la alimenta? Respuestas a estas preguntas hay muchas, una de ellas reza que los amantes osados de épocas pasadas deseaban liberarse de las ataduras terrenas dictadas por el estatus y la clase (tal y como atestiguan las novelas, los dramas y los intercambios epistolares del amor romántico), en cambio el deseo y las esperanzas amorosas de nuestra época emprenden un vuelo aún más alto: los amantes desean sacudirse las ataduras de la localidad común, del lenguaje común, del pasaporte común. Así visto, el amor a distancia es una forma aún más elevada de romanticismo que se libera con mayor radicalidad de los límites culturales y sociales que se le imponen: la procedencia étnica y la cercanía geográfica.
(…)
El mundo de las barreras amorosas se ha convertido en el mundo de las posibilidades amorosas. En primer lugar, las barreras sociales se han permeabilizado y los controles sociales se han relajado. Antes era la unidad familiar la que regulaba y encarrilaba la elección de la pareja con arreglo a la propiedad y al estatus social. En nuestros días, la unidad familiar —cuando existe— ha perdido gran parte de su poder.
(…)
El amor fue y sigue siendo amor imaginado. Tiene lugar en la cabeza, y lo sabemos. Lo peculiar del amor a través de internet radica en que solo tiene lugar en la cabeza. Internet modifica la condición grupal del amor. Hace posible, en primer lugar, la no presencia de los implicados, en segundo lugar, el anonimato de su contacto. Con ello, en tercer lugar, libera la imaginación. Y para terminar, puede imponer el imperativo de la optimización: «Antes de atarte para la eternidad, comprueba que no haya algo mejor>.
La ausencia de corporalidad en el amor a distancia y el anonimato que garantiza internet como punto de encuentro pueden incrementar el romanticismo de la búsqueda, pero también engendran desinhibición.
(…)
Cuando un día el gran sueño de los amantes separados se cumple, es decir, se reencuentran y se convierten en una pareja en cercanía, el test de la realidad se hace inminente. Uno se olvida de las despedidas y descubre algunas facetas antes desconocidas del otro que la distancia había ocultado piadosamente. Es muy posible que entonces el amor a distancia vuelva a parecemos un sueño, y que el «ojalá estuvieras aquí» de los amantes a distancia se convierta en un «ojalá estuvieras allí».”
 
“Amor a distancia. Nuevas formas de vida en la era global.” Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim. Ed. Paidós. 1ª edición. 2012. Págs. 67 - 74
 

 
"He desperdiciado mi vida entera,
no sé a dónde ir,
no hablo con nadie,
no tengo nada que decir,
no tengo la menor idea de lo que busco,
ni de lo que quiero encontrar,
pero te quiero."
(Charles Bukowski)
 
 
 
El amor surge como una flama perenne, que hasta el mismo denomino teme a su luz. 
 
 
No importa al lugar que vuele, si el cielo siempre es el mismo.
Sé que puedo empezar de nuevo. (**)