Despedida.
Guarda mi piel
tu agitado aroma,
tal como el viento
guarda la distancia
que nos separa.
A veces los sueños terminan, aun cuando el amor permanece intacto; pero en la vida siempre se cierran ciclos que las lagrimas ya no pueden romper. Del legendario “The Joshua Tree”, producido por Brian Eno y Daniel Lanois, que incluye esa canción del desencanto, que causa el sentimiento de estar, y no: "With Or Without You"; U2, 1987. (QR)
martes, 28 de febrero de 2012
"Yo
he vivido porque he soñado mucho".
(Amado Nervo)
Sutiles notas que permiten consumar
la unión de las almas que se funden en el abrazo perpetuo, donde los sueños
escapan de la complicidad de la noche para convertirse en olas de mar de sol.
Los sueños que tengo, son los que escapan a tus noches de insomnio mientras
vuelas en mi ausencia. The Temptation ¿Para quién más puede ser? "Just
My Imagination.” (1971)
domingo, 19 de febrero de 2012
Cerca y lejos.
(Gabriel Celaya)
Más allá del pecado,
indecible, te adoro,
y al buscar mis palabras
sólo encuentro unos besos.
En el pecho, en la nuca,
te quiero.
En el cáliz secreto,
te quiero.
donde tu vientre es combo,
fugitiva tu espalda,
oloroso tu cuerpo,
te quiero.
Tuyo.
Hasta
ayer
solia
buscar
la
eternidad
imaginando
distancias.
Your song.
Mítica cancion de amor que ha trasciendido generaciones para permanecer en los sueños de quienes aman mas alla de la apariencia. Del álbum "Elton Jhon", escrita por Elton Jhon y Bernie Taupin en 1970, y según la revista Rolling Stone ocupa el puesto 136 de la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.
(Gabriel Celaya)
Más allá del pecado,
indecible, te adoro,
y al buscar mis palabras
sólo encuentro unos besos.
En el pecho, en la nuca,
te quiero.
En el cáliz secreto,
te quiero.
donde tu vientre es combo,
fugitiva tu espalda,
oloroso tu cuerpo,
te quiero.
Tuyo.
Hasta
ayer
solia
buscar
la
eternidad
imaginando
distancias.
Your song.
Mítica cancion de amor que ha trasciendido generaciones para permanecer en los sueños de quienes aman mas alla de la apariencia. Del álbum "Elton Jhon", escrita por Elton Jhon y Bernie Taupin en 1970, y según la revista Rolling Stone ocupa el puesto 136 de la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.
lunes, 2 de enero de 2012
El Otro Yo.
(Mario Benedetti)
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser íntegramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: "Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable".
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.
Cuento del libro “La muerte y otras sorpresas" (1968).
Solo soy en apariencia lo que se ve, pero tengo un corazón que en esencia me hace humano; y que aun entre el desorden y el caos siente un inmenso amor por ti. Del álbum “Full Moon Fever”, obra conceptual con marcada reminiscencia “Heartbreakers”: aun entre la multitud siempre encontrare tus ojos, como la primera vez que te señalo el destino: “A Face In The Crowd”; Tom Petty. (1989)
(Mario Benedetti)
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser íntegramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: "Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable".
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.
Cuento del libro “La muerte y otras sorpresas" (1968).
Solo soy en apariencia lo que se ve, pero tengo un corazón que en esencia me hace humano; y que aun entre el desorden y el caos siente un inmenso amor por ti. Del álbum “Full Moon Fever”, obra conceptual con marcada reminiscencia “Heartbreakers”: aun entre la multitud siempre encontrare tus ojos, como la primera vez que te señalo el destino: “A Face In The Crowd”; Tom Petty. (1989)
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