Poesía

Tu voz es la espada que libera el silencio de mi alma.

sábado, 16 de julio de 2011

Instantánea.
(Gonzalo Rojas)

El dragón es un animal quimérico, yo soy un dragón
y te amo,
es decir amo tu nariz, la sorpresa
del zafiro de tus ojos,
lo que más amo es el zafiro de tus ojos;

pero lo que con evidencia me muslifica son tus muslos
longilíneos cuyo formato me vuela
sexo y cisne a la vez aclarándome lo perverso
que puede ser la rosa, si hay rosa
en la palpación, seda, olfato

o, más que olfato y seda, traslación
de un sentido a otro, dado lo inabarcable
de la pintura entiéndase
por lo veloz de la tersura
gloriosa y gozosa que hay en ti, de la mariposa,

así pasen los años como sonaba bajo el humo el célebre
piano de marfil en la película; ¿qué fue
de Humphrey Bogart y aquella alta copa nórdica
cuya esbeltez era como una trizadura: qué fue
del vestido blanco?

Décadas de piel. De repente el hombre es décadas de piel, urna
de frenesí y
perdición, y la aorta
de vivir es tristeza,
de repente yo mismo soy tristeza;
entonces es cuando hablo con tus rodillas y me encomiendo
a un vellocino así más durable
que el amaranto, y ahondo en tu amapola con
liturgia y desenfreno,

entonces es cuando ahondo en tu amapola,
y entro en la epifanía de la inmediatez
ventilada por la lozanía, y soy tacto
de ojo, apresúrate, y escribo fósforo si
veo simultáneamente de la nuca al pie
equa y alquimia.





Lujuria.
La lujuria es un arte,
siempre y cuando describa
tu cuerpo perfecto
con mis manos impuras.



Solo otra vez, deja caer en mi la sensualidad de tu piel inmaculada, para que perdure tu aroma en mis recuerdos. Del álbum “Heroes” del músico y compositor británico David Robert Jones, obra intelectual que trasciende emociones latentes: Heroes, David Bowie. (1977)



martes, 5 de julio de 2011

“Anatomía de la infidelidad en México”

"El adulterio siempre ha estado presente, pero en las sociedades contemporáneas es más frecuente de lo que se piensa, ya que 15% de las esposas y 25% de los esposos tienen o han tenido relaciones extramaritales; sin embargo, cuando se trata de “aventuras emocionales” sin sexo de por medio, las cifras se incrementan: 35% de las mujeres y 45% en los hombres: “Las causas son bastante lógicas, cuando una o las dos personas dejan de amarse, lo cual es derivado por la falta de afecto, por una baja autoestima, por la llegada de los hijos, las disfunciones sexuales, el aburrimiento o bien, por una adicción compulsiva al sexo, entre otros factores”, explicó el Dr. Carlos Caudillo Herrera, presidente del Instituto en Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS).
“Asimismo, los lugares más propicios para la infidelidad son los centros de trabajos, donde es `tolerado el adulterio’ o incluso muchos de los `infieles´ lo califican como algo normal´. También ha habido un notable incremento en los clubes o gimnasios, y por supuesto, en los centros de diversión, mejor conocidos como ‘antros’”, explicó.
En cuanto a género, continúa Caudillo, el hombre tiende más a la infidelidad que las mujeres. “Las razones son genéticas y culturales, porque esta conducta se vio favorecida a través de los siglos, donde el hecho de poseer a varias mujeres era sinónimo de poder y masculinidad, en cambio, la mujer infiel era condenada de muchas maneras. No obstante, ahora que la situación de género se ha equilibrado, podemos ver que la infidelidad en las mujeres ha tenido un incremento notable”, explicó.
El especialista explicó que las razones por las cuales hombres y mujeres son infieles son de distinta índole: “Los hombres son adúlteros para refrendar su hombría, ellos buscan el placer que otorga una relación sexual; además por cuestión filogenética, el hombre busca reproducirse y cuantas más veces sea, mejor; claro que esto se presenta a nivel inconsciente. En cambio, la mujer busca más el cariño que a lo mejor no encuentra en la relación conyugal, aunque tampoco se puede descartar la venganza tras haber sido engañadas: en síntesis, el hombre busca placer y la mujer afecto”.
Caudillo manifestó que el matrimonio es una institución instaurada por el ser humano que a lo largo de la historia ha tenido diferentes matices: la gente se casaba en la antigüedad no por amor, sino por conveniencia social y económica e incluso religiosa. “A raíz de la liberación femenina, la situación cambió drásticamente: la mujer dejó de ser un objeto y los matrimonios por amor se volvieron la norma, pero ¿si ahora la gente se casa por amor, porque ahora tendemos más a la infidelidad?”, dijo Caudillo.
A decir del especialista ahora vivimos en una época de paradojas: “Por un lado el único interés por contraer matrimonio es el amor, así lo confirman las estadísticas: 76% de parejas casadas lo hacen por amor, seguido por el hecho de tener hijos con 24% y por tener sexo el restante 16% Esto debería consolidar las relaciones de pareja; sin embargo, vemos que está sucediendo todo lo contrario, la gente se divorcia mucho más ahora que en el pasado; por ejemplo la tasa de divorcio en México se ha incrementado 80% con relación a los años cincuenta”.
Carlos Caudillo Herrera señaló que la infidelidad, con su consecuencia el divorcio, tiene un carácter multifactorial: “El mismo Freud lo decía, ahora las normas sexuales están desapareciendo y para muchos el hecho de amar se puede volver algo despreciable e inútil para la vida moderna, cuando el principal objetivo es la obtención del placer. Al vivir en una sociedad hedonista y al carecer de valores: éticos, religiosos e incluso morales, el matrimonio se vuelve desechable.”
(…)
Fuentes: IIPCS, Buss DM La Evolución de Deseo, Gutek BA el Sexo en el Ambiente Laboral, Koss MP y CJ: “Encuesta de Experiencia Sexual” e INEGI. En: http://www.iipcs.edu.mx/divulgacion/textos-del-iipcs/




Deseo.
Cuando el deseo invada tu piel,
permite acariciar tu espalda al diablo,
que yo me encargo del resto.


La fidelidad es cierta forma de poder que intenta controlar el alter ego, aunque finalmente no es más que la promesa que encadena nuestra naturaleza. Del álbum “Boys and Girls”; exquisitez y sensualidad que emana a cada nota cual suspiro en ti: “Slave To Love”; Bryan Ferry. (1985)