Poesía

Tu voz es la espada que libera el silencio de mi alma.

sábado, 28 de mayo de 2011

Tu recuerdo.
(Nicolás Guillen)

Siento que se despega tu recuerdo
de mi mente, como una vieja estampa;
tu figura no tiene ya cabeza
y un brazo está deshecho, como en esas
calcomanías desoladas
que ponen los muchachos en la escuela
y son después, en el libro olvidado,
una mancha dispersa.
Cuando estrecho tu cuerpo
tengo la blanda sensación de que
estás hecho de estopa.
Me hablas, y tu voz viene de tan lejos
que apenas puedo oírte.
Además, ya no te creo.
Yo mismo, ya curado
de la pasión antigua,
me pregunto cómo fue que pude
amarte,
tan inútil, tan vana,
tan floja que antes del año
de tenerte en mis brazos
ya te estás deshaciendo
como un jirón de humo;
y ya te estás borrando
como un dibujo antiguo,
y ya te me despegas en la mente
como una vieja estampa!




El silencio y el temor.
Solo el silencio devasta
cuando acalla la palabra
sin embargo,
no temo la incertidumbre
que trae consigo el destino,
porque no temo al amor.


Los recuerdos atan las imágenes de las emociones, y a veces es difícil escapar de la memoria. Excelente pieza de la banda sonora, perteneciente a la multipremiada película “Eternal Sunshine of the Spotless Mind”; mira dentro y fuera de ti, porque todo amor implica un riesgo: "Joey", Concrete Blonde.




lunes, 16 de mayo de 2011

Para el invierno del tiempo.
(Miguel Ángel Velasco)

Para que no se pierda mi mundo, yo he querido, de cuanto me fue aroma y vida buena, agavillar con mano demorada el apretado ramo. En él se juntan espigas de los días soleados, las flores frescas de un jardín umbrío, rosas devoradoras, y también espinas de mi tiempo. Para con su manojo hacer ofrenda a esa gala de amigos que atesoro, los que dan a mis días su sazón, y a esos otros amigos ignorados que tomen el escogido haz que les envío.

Desde la soledad uno ha aprendido a mendigar amor en las palabras, y a darles viva voz a los ausentes, a los que callan hondo. Para que el corazón de nuestra andanza halle abrigo en la próvida memoria, al calor de los otros. Para ya no estar solos. Otra gloria no hay que esa lumbre compartida, a resguardo del invierno del tiempo.

He visto, mientras tanto, al miedo de los hombres afanarlos en torva destemplanza de unos contra otros, a golpe de pregón con sus mercaderías, en impúdica puja por los mejores puestos de la plaza. Pero cae la noche sobre la triste lonja, y en turbia mescolanza se confunden los desmedrados frutos, tanta pocha hojarasca. No hay cuidado, al cabo nos espera un terreno seguro donde pujar más alto.


"Un poema de Miguel Ángel Velasco. Texto publicado en la colección “Líneas de fuga, poéticas de la perplejidad”, proyecto comisariado por David Pérez, en 2001, con motivo de la Bienal de Valencia. Texto encontrado en el magnífico número 80 de la revista La bolsa de pipas, dedicado a Miguel Ángel Velasco".



La soledad espiritual parece tener cierto silencio que atrapa no solo las emociones, sino también despoja el sentido de la vida de manera lenta y precisa, morimos sin darnos cuenta; que manera tan vil de despreciar la existencia. Excelente sonido de tendencia trip hop que mimetiza la duda de la existencia: Portishead; “The Rip”. (2008)

martes, 10 de mayo de 2011

In Memorian.
Por tu amor incondicional, y por la fortaleza que infundiste en mi corazón.


Madre.
(Juan Ramón Jiménez)

Te digo, al llegar, madre
que tú eres como el mar;
que aunque las olas
de tus años se cambien y te muden,
siempre es igual tu sitio
al paso de mi alma.
No es preciso medida
ni cálculo para el señalamiento
de ese cielo total;
el color, hora única,
la luz de tu poniente,
te sitúan ¡ oh madre ! entre las olas,
conocida y eterna en su mudanza.



Madre.
Lo que Dios me dio,
es mió por derecho divino;
me otorgo la fe
y me dio contigo Madre.


sábado, 7 de mayo de 2011

XXVIII. Expectación.
(Howard Phillips Lovecraft)

No sabría decir por qué algunas cosas me producen
Una sensación de maravillas inexploradas por venir,
O de grieta en el muro del horizonte
Que se abre a mundos donde sólo los dioses pueden vivir.
Es una expectación vaga, sin aliento,
Como de grandes pompas antiguas que recuerdo a medias,
O de aventuras salvajes, incorpóreas,
Plenas de éxtasis y libres como un ensueño.

La encuentro en puestas de sol y en extrañas agujas urbanas,
En viejos pueblos y bosques y cañadas brumosas,
En los vientos del Sur, en el mar, en collados y ciudades iluminadas,
En viejos jardines, en canciones entreoídas y en los fuegos de la luna.
Pero aunque sólo por su encanto vale la pena vivir la vida
Nadie alcanza ni adivina el don que insinúa.

Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
De "Hongos de Yuggoth"



Excelente pieza que permite visualizar la grandeza del ego; mira dentro y fuera de ti, para que puedas sentir a plenitud la belleza que irradia el universo. Del album doble Out of the Blue, cara C: Concerto for a Rainy Day: “Mr. Blue Sky”; Electric Light Orchestra. (1977)